Cuando se comienza a pensar en la reforma que da paso a lo que hoy conocemos como administración nacional, y el proceso de división nacional llamado regionalización en el año 1974, se puntualiza lo importante que es este proceso para disminuir como anteriormente se dijo, la desigualdad territorial existente en el país en ese entonces sobre todo en materias educacionales, de salud pública, laboral y servicios varios. A demás se incluye el que esta nueva forma de organizarse permitiera distribuir de manera equitativa los recursos del territorio, y que a su vez se facilitara la explotación de tantos otros que por la falta de capital de los lugares alejados del centro estaban sin utilizarse. Desde ese punto de vista, el sectorizar los distintos lugares del país, creando las entidades necesarias para la administración local y financiera, y que a su vez generaran independencia del sistema centralizado que se tenia, era la oportunidad de revertir la situación en la que vivían la mayor parte de la población nacional que desempeñaban hasta ese entonces en su mayoría trabajos de la tierra en las lejanías que habitaban sin tener inclusive los niveles básicos de educación requeridos, pasando a formar así parte de la clase analfabeta/desempleada/indigente => pobres de la población. Elementos como los descritos no son viables para un país que quiere hacer despegar su economía, y por tanto, como es el gobierno a través de sus estamentos administrativos quienes regulan ese sector, y se benefician con la buena fortuna del mismo, era necesario generar un cambio tal que los hiciese levantarse.
Luego de ya más de tres décadas con este sistema en funcionamiento, las conclusiones son muchas al igual que las criticas y alabanzas. Desde la mirada de nuestra disciplina, y entendiendo el sin fin de otros procesos de índole social que este cambio arrastro, es posible analizar que la distribución y el ordenamiento de las entidades gubernamentales no dieron con el resultado esperado, y que a la larga han acarreado y sacado a la luz muchas otras falencias de nuestro país apuntando y ahondando en las diferencias raciales, etarias, sexuales, y espaciales de la gente y que entre la gente del país existen. en este sentido se puede hablar de ciertas condiciones de segregación, segmentación y desplazamiento que han sufrido muchos tanto en conjunto como sujeto colectivo, así mismo los individuos de la sociedad que desde entonces se comenzó a trazar. Estos cambios aluden principalmente a que junto con esta modificación en la administración territorial, se amarró la modificación al sistema económico del país, entrando a formar parte del mundo globalizado por medio de las leyes mercantilistas y los sistemas económicos del capital, que claramente transformaron las costumbres de las personas, que debían mirar lejanos horizontes para alcanzar la perfección que ambos sistemas (económico y administrativo) le estaban exigiendo, y se vieron inmersos en el desapego de los placeres mundanos y las relaciones (interacciones sociales) persona/persona, y se privilegió el ir solo sin cargas que nos detuviesen. La división político administrativa, dio paso a la competitividad desmedida entre las gentes de los diferentes puntos del país, que se esmeran en conseguir no lo necesario ni lo suficiente para progresar, sino lo mejor que el resto para sobresalir y obtener la atención de las cúpulas para poder entrar en el juego del desarrollo. Así también la clase política imperante vio en la unión-desunión de los sistemas para comenzar a buscar beneficios en ambos siguiendo con su vida central, pero administrando su patrimonio en alguna región en donde tuviesen la oportunidad de sobresalir en periodo de elección sin perder el auge económico que dichas inversiones les traían. Así, ha llegado un punto en la conjunción de ambos sistemas se ha hecho insostenible, ya que el mundo de las cúpulas jerarquizadas se ha viciado, y cada vez se hace más pequeño, por lo que la desigualdad que un día se quizo disminuir hoy es más grande, las diferencias que se quisieron ocultar, son cada vez más evidentes, y la unión nacional que tanto de anheló se ve cada minuto más lejos, ya que la competitividad de los grupos y los individuo que aman en individualismo han logrado que sea más importante la satisfacción de lo artificial y material, que lo mundano y espiritual, como mero ejemplo, esta endiosada globalización nos ha hecho perder el interés y respeto por nuestras tradiciones, diciéndonos que lo único te hace especial y que la sofisticación te hace mejor, por lo que lo antiguo, anterior y popular solo hace común, irrelevante y bulgarmente "sin gracia".
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